En el año 1086, las nuevas circunstancias geopolíticas llevaron a Alfonso VI a perdonar al Cid, con la intención sin duda de reforzar su fuerza militar con la presencia de Rodrigo.

 

A su regreso a Castilla el Cid recibió en donación siete fortalezas con sus alfoces y habitantes: una de esas plazas fue la de Langa de Duero.

En realidad se sabe muy poco de la situación de Langa en los siglos X y XI, pero cabe suponer que estaría sujeta a la inestabilidad y vicisitudes propias de su situación fronteriza en la línea del Duero.



 


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Camino del Cid

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